jueves, 8 de marzo de 2007

MARCO DE REFERENCIA


ÍNDICE

MARCO HISTÓRICO.

Datos Biográficos sobre San José de Calasanz.

Para la elaboración de la siguiente semblanza de la vida de San José de Calasanz se han utilizado la biografía escrita por el P. Salvador López Ruiz y el estudio de su obra pedagógica, escrita por György Sántha .

San José de Calasanz nació en Peralta de la Sal, provincia de Huesca, Reino de Aragón, en 1557. Su padre, Pedro, era herrero y de él aprendió la firmeza y el tesón. De su madre, María Gastón, aprendió la piedad, la ternura y el equilibrio.

Aprendió las primeras letras en su casa, humanidades en Estadilla, Filosofía y Derecho en Lérida, Teología en Valencia y Alcalá. También parece que pasó por Barcelona, según consta en algunas fuentes.

A los 20 años sintió la llamada al sacerdocio y en 1583, luego de salvar serias dificultades, entre ellas la oposición de su padre, fue ordenado sacerdote.

Durante sus primeros años de sacerdocio estuvo al servicio de los obispos de Barbastro, Lérida y Urgel. Estando a su servicio pretendió llevar adelante, con la gente sencilla, con el clero y con comunidades religiosas, la Reforma promovida por el Concilio de Trento.

Pronto se dio cuenta de que las costumbres no eran las mejores, había ignorancia, la gente estaba sumida en la miseria, el cristianismo se vivía como rutina y superstición y no pocos sacerdotes llevaban una vida acomodada, y carentes de entrega verdadera.

Parte para Roma en 1592 y allí se dedicó a la oración intensa y se inscribió en varias cofradías que tenían como finalidad enseñar la doctrina cristiana y visitar los barrios pobres de Roma. Su objetivo inicial era conseguir una canonjía eclesiástica, dada su preparación.

Fueron los niños abandonados, los niños que tenían que trabajar desde pequeños, los niños sin educación que, los niños que deambulaban por las calles de Roma, perdiéndose en el vicio, enfermos, sin esperanza, fue esta niñez herida la que sembró una profunda inquietud que transformaría toda la vida de Calasanz.

En 1597, en la pequeña escuela que funcionaba en la sacristía de una pobre parroquia del Trastévere romano (Santa Dorotea), abrió Calasanz la Primera Escuela Cristiana Gratuita de Europa: Las Escuelas Pías, como él las llamaba.

Tuvo que enfrentarse a la incomprensión y a los poderosos de su época, que le negaban el derecho de estos niños y jóvenes a una educación digna y a una promoción social. Desde entonces, dedicó la segunda parte de su vida a educar a los niños pobres de Roma y a fundar escuelas gratuitas en otros lugares de Europa. Antes de su muerte, había fundado más de treinta y siete escuelas calasancias en Europa.

En 1617 fundó la Orden de las Escuelas Pías, bajo la protección de la Madre de Dios, y les dio el nombre de: “Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías”. Hoy conocidos como Padres Escolapios.

Fue perseguido por sus ideas renovadoras, por su deseo de educar a las clases marginadas y por causa de las divisiones internas que se dieron al interior de su propia comunidad religiosa.

Durante todo su ministerio educativo se mantuvo siempre en contacto con los suyos por medio de un abundante intercambio epistolar. Por este medio abogó por la existencia de sus Escuelas Pías y confirmaba a los escolapios en su misión, animándolos, orientándolos, formándolos e invitándolos a ser fieles al carisma recibido hasta el final.

José de Calasanz murió en la noche del 24 al 25 de agosto de 1648, siendo ya muy anciano y viendo su obra casi totalmente destruida, pero llevando siempre un mensaje de esperanza a los suyos, por ello les decía constantemente: “Si esta obra es de Dios permanecerá”

Reseña Histórica del Colegio Calasanz de Santo Domingo.

El Colegio Calasanz de Santo Domingo ha cumplido, en el 2001 sus bodas de oro, sirviendo de puente para la educación de miles y miles de jóvenes dominicanos.

Para la siguiente semblanza de la historia del Colegio ha servido de base las anotaciones recopiladas por el P. Vicente Sacedón Orduña, actual Rector de dicha institución, aparecidas en el artículo titulado: “Colegio Calasanz de Santo Domingo, Bodas de Oro”, de la Revista de la Institución en Enero de 2002.

Todo empezó en el año 1951, cuando llega a la isla el primer escolapio, P. Joaquín Ferragud. En Nicaragua había conocido a un distinguido Embajador dominicano, el Dr. Álvaro Logroño. El Embajador había tenido la oportunidad de visitar el Colegio Calasanz de Managua, y pensó que en su país hacía falta una obra educativa con ese mismo talante. Eso bastó para que el gobierno dominicano invitara al Padre a visitar el país.

Al tocar tierra dominicana, el P. Ferragud fue recibido por el Secretario de Estado de Educación Dr. Joaquín Balaguer. El lo acompañó en un recorrido por toda la isla, para que conociera la realidad educativa nacional.

Después, en su entrevista con Trujillo, el Padre sugirió que la urgencia más inmediata debía ser la construcción de una residencia universitaria, para varones. No se podía esperar a su construcción, y de inmediato, en el número 4 de la calle Hnos. Deligne, se preparó una Residencia, mientras tanto. El 7 de enero de 1952 abrió sus puertas, pero sólo entró un estudiante de segundo año de Medicina, Mario Fondear, que era de Moca. A finales de enero ya se juntaron seis, y en poco tiempo se llenó el cupo de los quince.

La gestión del primer director de la Residencia, P. Francisco Asensi, no fue demasiado afortunada, y en diciembre le sucedió el P. Ferragud.

Desde el primer momento la obra escolapia contó con el beneplácito y la bendición del arzobispo, Mons. Pittini, y de su obispo coadjutor, Mons. Octavio A. Beras.

Después de dos años de funcionamiento, el 31 de diciembre de 1953, la residencia se traslada a la Av. Independencia, en los terrenos donde está hoy en Colegio.

En el siguiente septiembre se abrieron las inscripciones para el Colegio de Primaria, que funcionaría allí mismo. Se inscribieron 23 alumnos de 1ero. A 4to. de Primaria.

En 1955 el Poder Ejecutivo firma un contrato con la Orden de las Escuelas Pías mediante el cual le concede la dirección y organización de la Residencia Universitaria, que ya tenían, y se propone la construcción de un Colegio de Primaria y Secundaria para alumnos internos y externos, que nunca se hizo. En el año 1957 se celebra el 419 aniversario de la fundación de la Universidad Primada de América, y entre las celebraciones, el 29 de octubre, se inaugura el Colegio Mayor Universitario San José de Calasanz.

Las instalaciones, elegantes y espaciosas, tenían capacidad para 73 residentes. Mediante este centro se pretendía dotar a la juventud universitaria dominicana de un ambiente de vida digno, confortable, favorable para el estudio y para forjar una juventud con firmes principios cristianos e inquietudes sociales.

Los dos colegios Calasanz, el Mayor y el Menor, estaban respondiendo a los objetivos programados. El Colegio Mayor, por medio de sus internos, se implicaba cada vez más, en las condiciones socio-políticas del momento.

En 1960 el Episcopado Dominicano publicó una importante Carta Pastoral, que provocó una violenta reacción del gobierno. En la Universidad y en el Colegio Mayor aparecieron carteles muy incómodos para el gobierno. En respuesta, mucha gente fue apresada y entre ellos seis residentes del Colegio Mayor.

El director del Colegio, P. Alfonso Esteve, con excesiva audacia, dirigió al gobierno una carta en la que pedía la excarcelación incondicional de sus alumnos de cuya honorabilidad se hacía responsable. Tanta osadía dio méritos sobrados al P. Alfonso para que alguien le arrojara una bomba a la puerta del Colegio, e incluso, años más tarde, gustara las agruras del exilio.

Los años 60, con su excesiva politización, hicieron difícil al Colegio Mayor su misión, que era ayudar a formar estudiantes, que no fueran elitistas, pero que sí fueran capaces de ser fermento en la Universidad, resaltando los valores existenciales y trascendentes.

El Colegio Menor, mientras tanto, seguía su proceso ascendente. En 1963, el 22 de febrero, el Consejo de Estado, presidido por Rafael F. Bonnelly, donó a la Orden de las Escuelas Pías el terreno donde venía funcionando desde hacía once años, y que hoy todos conocen.

En 1964 se celebró la promoción de los primeros veinte bachilleres.

En el rectorado del P. Alfonso Esteve, se construyeron e inauguraron los edificios actuales del Colegio Menor: En 1966 el de Básica y en 1968 del de la Educación Media.

En 1969 tomó el relevo en la dirección del Colegio Menor el P. Jesús Gómez. La acción del P. Jesús, a pesar de su avanzada edad, fue muy fecunda y trajo no pocas bendiciones en la consejería que brindaba a los alumnos del último año. Con frecuencia llevaba grupos de alumnos a disfrutar unos días de retiro, en la Casa de Manresa.

El Colegio Mayor terminaría su andadura en 1972. En uno de tantos enfrentamientos de la Universidad con la policía, una estudiante cayó abatida por las balas. Eso provocó en los universitarios una fuerte dosis de audacia, suficiente para llevarlos a tomar por la fuerza las instalaciones del Colegio Mayor. Su Director, P. José Vicente Díaz, superado por la fuerza abrumadora, tuvo que abandonar el edificio y buscó refugio en la fraterna Comunidad del Colegio Menor. Fue el dramático final de una acción muy importante para la Escuela Pía de Santo Domingo.

Una de las preocupaciones constantes de la Comunidad Calasancia ha sido su Proyección Social: Tras la muerte de Trujillo se generó en algunas madres de familias del Colegio una sincera inquietud por situación de los más pobres. Y la preocupación se hizo Escuela de Nuestra Señora de Fátima, en el barrio de Gualey. La presencia y acción escolapia en aquella Escuela, filial del Calasanz, se prolongó por más de diez años. Se prestaron múltiples servicios sociales, a más de los escolares. A finales de 1973 se cedió la escuela a los maestros que trabajaban en ella.

Otra proyección importante fue la creación de la Escuela Nocturna, inicialmente llamada Escuela Obrera Nocturna. Nace en 1967 y permanece hasta el día de hoy.

Entre los rectores que le dieron continuidad a la obra están los siguientes:

P. Vicente Sacedón Orduña.
P. José Antonio García Nuño.
P. José Escrivá Tortajada.
P. José Paricio Rubio.
P. Manuel Antequera Sancho. (2002)



MARCO TEÓRICO.

La Pedagogía Calasancia.

Al poco tiempo de llegar a Roma Calasanz se había hecho cofrade de la “Doctrina Cristiana”. Esta era la institución que entonces tenía la Iglesia para evangelizar a los niños y adultos. Pronto advirtió que su trabajo era grande y rendía poco; aquellos niños olvidaban durante la semana lo que habían aprendido en la catequesis del domingo.

La Providencia le proporciona el medio de ser más eficaz. Como miembro de la Cofradía de la Doctrina Cristiana, entró un día a una clase que se reunía en la sacristía de la iglesia de Santa Dorotea del Trastévere y aquél día Calasanz descubrió las posibilidades educativas y apostólicas de la escuela.

De sus andadas por los barrios de Roma como miembro de los distintos grupos apostólicos a los cuales pertenecía, se enfrentó a la pobreza material, espiritual e intelectual de los niños que vagabundeaban en los suburbios romanos.

Fue entonces cuando se le ocurrió la feliz idea de buscar, entre las comunidades religiosas existentes en el momento en Roma, una que se pudiese hacer cargo de ayudar a educar a esos niños que se perdían entre el vicio, el juego, las enfermedades y la ignorancia. Al no encontrar ninguna respuesta positiva al respecto, hizo un discernimiento y decidió así hacerse cargo de tal faena, viéndolo como voluntad de Dios en ese momento.

Así empieza a fundar las primeras escuelas populares cristianas, gratuitas de Europa para todos los niños pobres, en las que se les enseñaba a leer, escribir y contar juntamente con la doctrina cristiana. Entonces se dio cuenta de que “si los niños, desde su más tierna infancia son educados en la Piedad y en las Letras, puede esperarse de ellos un futuro feliz” , como afirmaría tantas veces el Santo de los Niños.

Fue entonces cuando nacieron las Escuelas Pías, que, debiendo haber cambiado de local varias veces al aumentar el número de los alumnos, quedaron definitivamente asentadas en San Pantaleón en 1614.

Calasanz vio y estimó la educación como medio, acaso único, para la reforma de las costumbres, y estuvo plenamente convencido de que “de la buena educación de los jovencitos depende todo el resto del bien o del mal vivir de los hombres” .

Sus experiencias personales le sugirieron diversas innovaciones y modificaciones sobre las escuelas e instrucción entonces vigentes en Roma. Su primera innovación fue la unión realizada entre el tipo de escuela dominical de la doctrina cristiana y el de la escuela diaria de lectura, escritura y ábaco. Las escuelas de la doctrina cristiana funcionaban solamente los domingos y días festivos y no enseñaban otra cosa que catecismo y buenas costumbres.

De estos dos tipos de escuela, ambos dedicados a la instrucción y educación primaria de los niños, quiso hacer uno solo y de esta manera nació el Instituto de las Escuelas Pías.

Introdujo, pues, Calasanz, las matemáticas en la Enseñanza Primaria (Básica), el “Ábaco” como las llamaba él. Pensaba que los niños pobres tenían que aprender a ganarse la vida.

Pensó que la promoción humana y la salvación cristiana están en la misma línea, pero que, si esa salvación cristiana no da sentido a la promoción humana y esta se queda sola, carecería del sentido último y podría convertirse en instrumento de esclavitud del hombre, en vez de serlo de liberación.

Alfabetizar tiene valor en sí mismo, pero no se puede prescindir de qué lecturas se le van a proporcionar al hombre que sabe leer. Lo que lea le puede hacer libre o esclavo. Por ello quiso que al niño se le diera a leer lo que esté en armonía con lo que Cristo reveló a la humanidad. Su escuela será definitivamente cristiana.

Otra idea importantísima que el Santo quiso realizar con su Instituto fue el que se comenzara la educación y la instrucción ya desde los primeros años de la niñez. Estaba convencido de que solo se podría lograr la eficacia pretendida si se comenzaba a tiempo y por ello quería, según sus propias palabras, el “diligente cultivo de las plantas tiernas y fácilmente moldeable de los jovencitos antes de que se endurezcan y resulten difíciles, por no decir imposible de moverse, como vemos en los hombres hechos, que con toda ayuda de oraciones, sermones y sacramentos, muy pocos cambian de vida y verdaderamente se convierten”.

José de Calasanz le dio un giro de 180 grados a los métodos pedagógicos y al modo de mantener la disciplina de los alumnos en su época: Prohibió terminantemente el uso de castigos físicos en sus escuelas; práctica bastante usual en la época.

En las escuelas elementales, y particularmente en las de Roma, no había división de clases, de modo que todos los alumnos eran instruidos en una misma aula y bajo la dirección de un solo maestro. Pero Calasanz advirtió que aquello se podía transformar. “La mezcla de niños de toda condición social en las aulas, iglesia, patios de recreo, etc. era, sin duda, un medio inigualable para amalgamar las distintas clases de la sociedad con la mutua comprensión, respeto y caridad cristiana, cuyas consecuencias pueden vislumbrarse.”

Entre los puntos fundamentales de la obra de Calasanz, está la división de los escolares en clases diferentes. Mediante ella quiso asegurar el aprovechamiento intelectual y espiritual de sus alumnos. Realmente sólo con un número limitado de escolares que tengan, además, un mismo desarrollo físico, intelectual y moral, al menos aproximadamente, se puede esperar un buen resultado pedagógico.

Sólo con la graduación de las clases, con materias de enseñanza bien diferenciadas, se puede asegurar el continuo progreso intelectual y espiritual del educando, al tiempo que el maestro únicamente sobre un grupo limitado puede hacer eficaces sus energías intelectuales y morales. Y tal división en clase servía también para no mezclar a los pequeños con los grandes, y preservarles así de posibles influencias, acaso nada provechosas de algunos mayorcitos.

Por lo que a los maestros de las clases se refiere, cada grupo tuvo el suyo o los suyos. En las clases de la sección elemental, dado el número relativamente grande de alumnos, prefirió dos maestros a uno solo. Uno era el principal y el otro su ayudante.

Otra cuestión muy importante fue para Calasanz el número de alumnos que se había de tener en cada una de ellas. Dispuso que ninguna clase tuviera más de cincuenta alumnos, llegando a sesenta únicamente en casos extraordinarios.

Una vez adoptado el sistema de clases separadas para cada edad y para cada unidad didáctica, introdujo el método denominado “simultaneo”. Es decir, que todos, en cada clase, fuesen instruidos al mismo tiempo y en la misma materia. Este método sólo se aplicó en las escuelas medias y no en las elementales.

Calasanz hizo un programa en el que se enseñaba religión en todas las clases. La vivencia religiosa la impartía la sociedad entera, que se “sentía” cristiana. Desde luego, aquella era una religión más sentimental, de manifestaciones colectivas y públicas de fe. Se acercaba mucho más a la fe de nuestros actuales campesinos que a la de los grupos de nuestras ciudades. A Cristo nadie le discutía en Europa, ni católicos ni protestantes.

Pero toda la importancia del pensamiento calasancio solo será valorada con exactitud si se tiene presente que tal idea surgió en él precisamente cuando la enseñanza elemental estaba casi del todo descuidada en Roma y cuando los Jesuitas incluso, se habían desentendido de tales niños. Es fundamental añadir que, educar niños era considerado un oficio vil y despreciable en la época del Santo.

Sería equivocado creer que Calasanz con su Instituto de las Escuelas Pías haya querido fundar tan solo una escuela elemental gratuita para responder a las necesidades locales. Muy pronto, las Escuelas Pías se fueron extendiendo por Europa.

Pero no todo era “enseñar”, lo cual ciertamente no es despreciable. En la formación religiosa, fue también original y creador: Creó un método que él llamó “Oración Continua” el cual era eminentemente práctico. Consistía en rescatar aquella religión de masas y de costumbres sociales en una religión vivida y entendida.

Para ello hacía que, por turnos, un grupo de cada escuela fuera a la capilla y que el sacerdote más celoso iniciara a los niños en la oración, procurando sobre todo, llegar a una fuerte intimidad con Dios, inculcando en ellos el “santo temor de Dios”, como él siempre señalaba. Les enseñaba también el modo de confesarse, de oír la misa entendiendo los símbolos con que la Iglesia nos pone en relación con los misterios cristianos, de prepararse para la confirmación y para la recepción de los Sacramentos.

Era una Catequesis sacramental y un intento de unir religión y vida, hecho en pequeños grupos en los cuales fuera más fácil la comunicación personal y afectiva. En la formación religiosa no podía faltar el culto y la veneración a la Virgen. El papel del culto a la Virgen en la formación religiosa del joven es imponderable: es la imagen de la “madre” y la plasmación del elemento “materno” que existe en el amor de Dios a los hombres, según señala el P. Salvador López Ruiz.

Calasanz fue primeramente catequista; para hacerlo mejor, fue maestro. No al revés. Por eso, luego de cuatro siglos, desde que él realizó su obra, esta tiene delante de sí una tarea idéntica en sus objetivos, pero distinta en sus métodos. La escuela fue en su mente “un medio”, no un fin. Siempre que siga siendo eficaz para ese fin, dar a conocer a Cristo, seguirá siendo válida. Su vigencia dependerá de su eficacia apostólica.

En definitiva, lo que Calasanz buscó en la escuela fueron los niños para llevarlos a Cristo. Antes los niños que la escuela. Calasanz es un símbolo de la formación religiosa de los niños y de los jóvenes. Donde sea y como sea, Y siempre que sea posible usar la escuela para las dos cosas que la usó él, facilitar a los pobres un medio para ganarse la vida, y formar cristianos, deberá conservarse la escuela por fidelidad a Calasanz.

El Educador Calasancio.

En la elaboración de este tema se han consultado las obras de Salvador López Ruiz, Miguel Angel Asiain y Georgy Santha que se detallan al pie de esta página.

Calasanz tenía, acaso como ninguno antes que él, un concepto tan alto del educador, y particularmente del maestro elemental, que llega a llamarlos “Cooperador de Dios” en la propagación, en la difusión de la verdad.

El maestro, según tal concepto calasancio debe ser un apóstol, un misionero de la verdad que, difundiendo la luz disipe las tinieblas de la ignorancia, salve a los hombres de la esclavitud intelectual y moral y les haga verdaderamente felices.

Es de él de quien depende, en cierto grado, el destino eterno, además del bienestar temporal de los hombres, tanto de cada individuo en particular, como de las naciones en general. De donde el maestro, para poder cumplir bien, una tan sublime como decisiva misión, debe, ante todo, hallarse enriquecido con una intensa y ejemplar vida interior; debe, además, poseer una cultura suficiente y, por fin, debe poseer convenientes cualidades pedagógicas y conocer buenos métodos de enseñanza.

Pero un tal sujeto no nace espontáneamente. Calasanz lo sabe bien, y por eso exige una diligente selección de sujetos y su formación sumamente solícita; ante todo, en la vida espiritual interior, y después en las letras, en la didáctica y en la pedagogía.

Ante todo, el Santo quiere que ciertas cualidades y dotes físicas y síquicas ya pre-existan en el futuro educador. Él intuía que ciertos tipos y ciertos caracteres ya por naturaleza son educadores, mientras que otros no, y estos últimos no quiere ni siquiera admitirlos en su Orden, por ser incapaces de todo ulterior desarrollo o adaptación.

Calasanz expresó muchas veces su deseo de tener sujetos óptimos. Declaró, de hecho, que es mejor ser pocos y buenos que muchos imperfectos; ni quiso jamás admitir sujetos que no saben cuanto es conveniente saber y que no estaba bien llenar la religión de gente ordinaria.

Además de estas cualidades, un poco genéricas, aunque fundamentales, como son el buen ingenio, la buena índole y las buenas costumbres, el educador calasancio debe tener también una buena salud de cuerpo y de espíritu. Calasanz quiere que el maestro sea “robusto y sano”, porque enfermo sería de poco fruto para la religión.

Calasanz quiso excluir también del magisterio a los afectados crónicos de malestares de cabeza, de cualquier anomalía mental, o bien de cualquier defecto de la lengua, porque con tales taras evidentemente no habrían podido desempeñar bien su ministerio.

Calasanz parece no despreciar del todo una cierta dignidad de aspecto externo, que, según él, tiene no poco valor educativo.

Y es sorprendente ver cómo el Santo extiende su atención incluso a ciertas anomalías síquicas y a ciertos defectos de carácter que imposibilitan o impiden a cualquiera el trabajo en el campo educativo.

Así, pues, él quería eliminar los caracteres inconstantes e inquietos, los caprichosos, los obstinados, los iracundos, y todos aquellos que sufren de una cierta especie de manía religiosa o bien son supersticiosos por naturaleza. Mucho menos quiere contar como educadores a aquellos que sufren de melancolía. Esta enfermedad, siendo causa de una tristeza habitual, hace al maestro incapaz de realizar su trabajo tan delicado con aquella alegría que le es indispensable, tanto para conducir al educando a la verdad como para formarlo en el bien.

Es indispensable que la principal virtud del educador calasancio es el amor para con Dios y para con el prójimo, que cristaliza después en el amor práctico para con los niños, en la caridad pedagógica.

Quiere que sus educadores lleguen a ser heroicos en el puro amor a Dios, que es el primer y principal precepto de la santísima ley del Señor.

Consiguientemente, su amor al prójimo, lejos de ser inactivo, sigue la máxima del Santo: “Las obras son indicio de amor, que no las bien compuestas palabras”; se condensa y se concentra en un afecto hacia el educando que lo lleva a comportarse, como un ángel custodio al servicio de los niños, y en su labor entre los pequeñines, para preservarles y sanarles del mal, para dirigirles por el buen camino, para iluminarles con la luz de Dios y del mundo. De tal manera que este amor le hace ver en aquellos pobres niños al mismo Jesucristo, le hace edificar y enriquecer con ellos su Cuerpo Místico.

Este amor del educador calasancio para con el alumno debe ser, ante todo, verdaderamente paternal. Según Calasanz, “todo educador debe atraer a los escolares más con mostrarse un padre para ellos que no un juez riguroso”.

Proyecto Pastoral Educativo y sus Dimensiones.

Es obvio que, ya desde los primeros años de existencia de las Escuelas Pías, su fundador, San José de Calasanz, deseó formar de un modo integral a los niños y jóvenes de su época, por ello escogió como lema de su obra: Piedad y Letras, ya que él era conciente de la necesidad que había de formar no sólo en la ciencia, sino también acercando a estos niños y jóvenes al “santo temor de Dios”, como lo expresaba él mismo .

Calasanz quiso siempre educar para la vida, no simplemente para acumular “conocimiento”. Por ello se empeñaba en iniciar a sus alumnos en un oficio concreto por medio de la enseñanza de la caligrafía y el uso del ábaco, por una parte y de la formación en el “Santo Temor de Dios”, por otra .

Es por todo esto que, el Proyecto Institucional Educativo del colegio Calasanz debe estar compuesto de dos partes: La Pedagógica y la Pastoral. Tanto Calasanz en su tiempo así como también toda la Escuela Pía moderna, son conscientes de que, por medio de la escuela se tiene la oportunidad de participar de la misión evangelizadora de la Iglesia, educando de un modo integral a los niños y a los jóvenes.

La pastoral educativa, con su consiguiente organización y dirección, pertenece a la misma identidad de todos los Centros escolapios. La escuela calasancia, desde el seno de la Iglesia Local a la que pertenece, ha de ofrecer a sus alumnos y alumnas un planteamiento de la existencia según el Evangelio.

No se trata de imponer esquemas que provienen de otras latitudes. El proyecto pastoral educativo del Colegio Calasanz debe apoyar no solamente en el ideario educativo de la Institución, sino que, debe también responder a los retos y necesidades de su entorno social, político, eclesial y cultural.

El mundo de hoy y en concreto la realidad que viven los jóvenes dominicanos posee unas características que se deben tener en claro para poder responder a los retos de un proyecto pastoral real y encarnado . Entre las principales características de esta realidad se pueden citar las siguientes:

  • Crisis de las grandes utopías.
  • Sociedad polarizada: Unos pocos ricos y muchos que viven en la miseria.
  • Institucionalización de la Violencia.
  • Impunidad y corrupción por todas partes.
  • Consumismo y hedonismo.
  • Libertad personal entendida como valor absoluto, sin referencia a la verdad y a los valores objetivos.
  • Referentes religiosos críticos y burlescos en los medios de comunicación social.
  • Graves deficiencias en la formación religiosa.
  • Pobre experiencia de Dios.
  • Provienen de hogares donde muchas veces está ausente la figura paterna.
  • Jóvenes sumamente críticos.
  • Gran atractivo por todo lo que se refiere a proyectos de solidaridad.
  • Sed de trascendencia y autenticidad.
  • Graves signos de desintegración familiar. (Violencia intra familiar, altos índices de divorcio, gran cantidad de madres solteras, ausencia de la figura paterna o materna)
  • La preeminencia del tener sobre el ser.
  • Predominio de lo audiovisual.

Pastoral y Formación en valores.

Los valores, por su propia naturaleza, son susceptibles de una jerarquía. Esto implica que una persona o grupo de personas, puede determinar, sobre la base de sus propios criterios cuáles son los valores superiores y cuáles los inferiores.

Estas jerarquías, clasificaciones o tablas de valores son fluctuantes, están sujetas a influencias del contexto social, cultural, político, etc. De la misma manera pueden variar a lo largo de vida de una persona. Pero, más importante aún es que la conciencia de una jerarquía de valores estimula el desarrollo moral de la persona, que reconoce la superioridad de unos valores sobre otros tanto en situaciones de conflicto de valores que afectan a la humanidad en su conjunto, como en situaciones más personales o reservadas de la vida cotidiana.

Los valores se constituyen así en puntos de referencia para saber qué hacer, cómo actuar, y qué decisiones tomar en la vida.

De lo expresado anteriormente se puede deducir la trascendental importancia de los valores a la hora de llevar a cabo un proceso de formación integral humana y religiosa en los jóvenes de hoy.

El estudio de los valores se justifica entonces, desde la dimensión formativa o instructiva de la persona, aunque no sea ésta su finalidad más valiosa, sino la plasmación de valores respetuosos con la humanidad y con el entorno en la conducta cotidiana de cada cual.

Uno de los objetivos de la educación en valores tiene que ser conducir al alumno a que sea capaz de autorregular y auto controlar su conducta y que pueda producir en sí mismo cambios más duraderos y generalizables.



Pastoral y Ecumenismo.


Es interesante saber que, ya desde sus orígenes, las Escuelas Pías mantuvieron un espíritu abierto y de acogida a todos los niños y jóvenes que tocaban las puertas de la Institución, sin tener en cuenta ni su raza, ni sus creencias religiosas. Un hecho que resalta esta actitud de acogida mostrada por San José de Calasanz lo constituye la aceptación de musulmanes y protestantes en sus escuelas.

Hoy por hoy, dado el panorama universal y los grandes conflictos sociales provocados por la intolerancia y los fundamentalismos religiosos hace falta más que nunca educar para la tolerancia y fomentar el respeto y el diálogo con personas que pertenecen a otros credos religiosos.

La experiencia indica que, cuando en el aula se respetan y valoran las creencias distintas a las que se profesa como institución cristiana – católica, se pueden alcanzar logros sumamente significativos al tiempo que las distintas acciones pastorales se enriquecen y se hacen más participativas y dinámicas.

El potenciar elementos comunes, como la formación en valores, el estudio de la Palabra de Dios, el compartir experiencias espirituales, etc. puede contribuir a hacer más abiertas y motivadoras las clases de Formación Integral, Humana y Religiosa y lo mismo puede ocurrir con otras experiencias pastorales.

En el caso específico del Nivel Medio de la educación puede ser altamente provechoso el incluir como parte del currículum la cuestión ecuménica, sus orígenes, su historia, documentos de la iglesia que hablan sobre ella, y también el compartir algunas experiencias ecuménicas concretas. Al respecto sería necesario estudiar a fondo instituciones que han contribuido al afianzamiento y el fortalecimiento del ecumenismo tanto a nivel universal así como también en el ámbito continental y nacional, como son el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), que aglutinan distintas iglesias cristianas.


Aportes del Área de Formación Integral, Humana y Religiosa en la formación de Nuevos Sujetos.

De acuerdo a la Secretaría de Estado de Educación, los Propósitos Generales del Área de Formación Integra, Humana y Religiosa consisten en desarrollar la dimensión religiosa de la personalidad del educando fundamentándose en los valores humanos y cristianos. Procura la construcción de sus dimensiones éticas y espirituales dentro de un proyecto de vida personal, comunitaria y cultural. Trata de fomentar en los y las estudiantes una respuesta de fe y compromiso para colaborar en la transformación de la sociedad.

Afirma, por demás, que la doctrina cristiana debe ser asimilada por medio del análisis crítico y comparativo con otras concepciones religiosas y humanistas para que se pueda valorar la originalidad y peculiaridad del cristianismo y la persona de Jesús como modelo a seguir y, de esta manera, adoptar libremente una postura u opción personal.

Por otro lado, esta área debe cumplir también tres funciones: social, formativa y orientadora.

En su función social debe proporcionar al educando una educación integral que le facilite el desarrollo armónico de su personalidad en dimensiones humanas, sociales y espirituales. Procura, asimismo, que este desarrollo tenga como fundamento los valores humanos y religiosos mediante una ética y un humanismo cristiano.

En su función formativa debe fomentar que el educando se relacione de una manera más profunda y equilibrada con la naturaleza, consigo mismo (a), con los demás y con Dios. Debe proporcionarle los conocimientos y las prácticas que sean necesarias para el proceso formativo en los valores y principios morales, sociales y religiosos, entre otras cosas.

Con relación a su función orientadora expresa que se debe llevar a los educandos a un continuo diálogo y encuentro con las realidades culturales y con las realidades culturales y con los valores humanos y cristianos.


La Enseñanza de Formación Integral, Humana y Religiosa de acuerdo a la Ley General de Educación 66’ 97.

La Ley General de Educación expresa que los padres o tutores tienen el derecho de que sus hijos e hijas reciban la educación moral y religiosa que esté de acuerdo con sus propias convicciones, sabiendo que ésta se guiará con sujeción a la Constitución y a los tratados internacionales de los cuales el Estado Dominicano es signatario. Afirma que las escuelas privadas podrán ofrecer formación religiosa y/o moral, de acuerdo con su ideario pedagógico, respetando siempre la libertad de conciencia y la esencia de la dominicanidad, a tales fines, y de acuerdo con las autoridades religiosas competentes, se elaborarán los programas que se aplicarán a los alumnos (as) cuyos padres o quienes hace sus veces, no pidan por escrito que sean exentos.


Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje sugeridas por la Secretaría de Educación para el área de la Formación Integral.

Las estrategias de enseñanza-aprendizaje “constituyen la secuencia de actividades planificadas y organizadas sistemáticamente para permitir la construcción de conocimientos. Se refiere a las intervenciones pedagógicas realizadas con la intención de potenciar y mejorar los procesos espontáneos de aprendizaje y de enseñanza, como un medio para contribuir a un mejor desarrollo de la inteligencia, la afectividad, la conciencia y las competencias para actuar socialmente”.

La Secretaría de Estado de Educación propone una serie de estrategias amplias que pueden ser utilizadas en todas o casi todas las áreas, entre las cuales se destacan las siguientes:

De recuperación de la percepción individual de los alumnos (as) que valoricen los saberes populares y pauten y garanticen el aprendizaje significativo de los conocimientos elaborados. Planificación de paseos, excursiones o campamentos, previendo qué y por qué se desea percibir y las formas de registro de lo percibido.

Expositivas de conocimientos elaborados y/o acumulados, utilizando recursos orales y materiales escritos. Puede exponer el profesor o también miembros de la Comunidad invitados por sus dominios de ciertos saberes y por su experiencia. Se pueden ver videos o películas; leer libros, historias, etc. Estos libros pueden ser variados: Ensayos, informes de investigaciones, enciclopedias, diarios, periódicos, revistas, etc.

De problematización. Se contrasta o se pone en cuestionamiento lo expuesto, lo percibido, lo observado, lo actuado en el entorno, las soluciones propuestas. En este poner en cuestión es importante enfatizar las divergencias y las controversias a través de debates, discusiones y de la anticipación de as consecuencias que se obtendrían de aplicar ciertas alternativas de resolución de problemas.

De descubrimiento e indagación para el aprendizaje metodológico de búsqueda e identificación de información, así como el uso de la investigación bibliográfica. Pueden realizarse estudios de casos y actividades diagnósticas. Pueden combinarse con las de exposición, con las de recuperación de las percepciones individuales y con las de problematización. Adecuadas para ser utilizadas al abrir o al cerrar, sintetizando o globalizando el tratamiento de ejes o de bloques de contenidos, ya que permiten integrar contenidos de diversos matices conceptuales y metodológicas.

De proyectos. En términos generales un proyecto es el proceso que conduce a la creación, modificación o puesta en realización de equipos y artefactos o de un procedimiento, vinculados a la satisfacción de una necesidad o a la resolución de un problema. Los pasos de esta estrategia son:

  • La detección de la necesidad o del problema.
  • El diseño de vías de atención o solución.
  • La ejecución de las mismas.
  • Su evolución. A través de los proyectos se aprenden “tecnologías”, formas de “saber hacer cosas”, a “hacer algo en conjunto”.

  • De inserción de maestras, maestros y alumnado en el entorno. En el marco de estas estrategias se puede recurrir a algunas actividades mencionadas en las estrategias de recuperación de las percepciones individuales, como las visitas o excursiones. La diferencia está en que en este tipo de estrategias se prevé un mayor involucramiento, una dinámica de mayor intercambio con el entorno. Se trata de procurar que se logre percibir, comprender y proponer soluciones para problemas naturales, sociales y ambientales.

  • De socialización centrales en actividades grupales. El grupo permite la libre expresión de las opiniones, la identificación de problemas y soluciones, en un ambiente de cooperación y solidaridad. Dramatizaciones, las puestas en escena de obras de teatro, la organización de periódicos y boletines estudiantiles, la organización de entidades y grupos estudiantiles para atender intereses especiales: el baile, la ejecución musical, la plástica, entre otras.


Estas estrategias podrían adaptarse y utilizarse junto a muchas otras estrategias, técnicas y actividades que sirvan a los propósitos requeridos por los diversos temas y contenidos para lograr aprendizajes significativos y actividades pastorales dinámicas, efectivas y eficaces que logren los cometidos propuestos.

Actividades sugeridas para las diferentes Acciones Pastorales

Las siguientes actividades han sido tomadas, en gran parte, de un material de apoyo de la Secretaria de estado de Educación y Cultura para la Capacitación de Maestros y Maestras del Nivel Medio en Ciencias Sociales del año 1996. Aunque es obvio que no puede ser lo mismo planificar actividades para Ciencias Sociales que hacerlo en el área de la pastoral, se ha visto que una buena parte de las actividades sugeridas resultan adecuadas para el ámbito pastoral, especialmente para lo concerniente al área de Formación Integral Humana y Religiosa. Partiendo del esquema inicial se ha enriquecido el elenco de actividades con otras que están más vinculadas al quehacer pastoral.


Actividades:

Formación.
Actividades que favorecen la adquisición de conocimientos y el desarrollo del uso crítico e ilustrado de la razón.
  • Retiros.
  • Jornadas.
  • Talleres.
  • Cursos
  • Exposiciones orales.
  • Charlas.
  • Seminarios.
  • Ciclos de Conferencias.
  • Mesas Redondas.
  • Reuniones de trabajo.
  • Debates.
  • Círculos de cultura / lectura.
  • Compartir experiencias de vida.
  • Testimonios.

Difusión.
Actividades que fomenten el acceso de determinados bienes pertenecientes al patrimonio cultural, religioso y espiritual.
  • Peregrinaciones.
  • Visitas dirigidas a santuarios, catedrales, conventos, ruinas y centros de interés religioso e histórico.
  • Visitas y entrevistas a personalidades connotadas y especialistas en temas de relevancia (humanistas, líderes religiosos, líderes de la religiosidad popular, etc.)

Artísticas.
Actividades que favorecen la expresión y que constituyen formas de iniciación o de desarrollo de los lenguajes creativos y de la capacidad de innovación y búsqueda de nuevas formas expresivas.
  • Conciertos de contenido religioso, defensa del medio ambiente, solidaridad, etc.
  • Artes escénicas: Teatro, mimo, títeres, marionetas, juglares, etc.
  • Espectáculos vinculados con la religiosidad popular y la cosmovisión de grupos minoritarios. (Palos, Santería, Gagá, y Velas)
  • Artes visuales: Pintura de íconos. Profundizando sobre su mensaje y función.
  • Posters gráficos, murales y letras,
  • La danza como expresión de lo espiritual y litúrgico.
  • Música y canto. Coro, banda.
  • Lenguaje y Literatura. Revista, periódico mural, Oratoria.

Audiovisuales.
  • Filmes. Cine forum.
  • Fotografía.
    Audiovisuales.
    Uso de Medios de comunicación de masas (Radio y Televisión).
    Arte producido por computadora.

Actividades Lúdicas.
  • Paseos.
  • Marchas,
  • Caminatas,
  • Campamentos.
  • Grupo Scout.
  • Protección de la naturaleza.
  • Deportes.

Sociales.
  • Acción social. Proyección comunitaria.
  • Actividades para fomentar la conciencia social y el compromiso.
  • Campañas de solidaridad.
  • Movilización de barrios para realizar acciones conjuntas.
  • Visitas a ONGs dedicadas a algún tipo de acción social.
  • Vincularse a grupos de solidaridad. Compartir experiencias.
  • Intercambio con otros colegios y grupos de jóvenes que viven en situaciones difíciles.

Experiencias de fe
  • Participación en Comunidades cristianas y grupos juveniles.
  • Experiencias de oración.
  • Vigilias de oración.
  • Congresos de jóvenes cristianos.
  • Celebraciones litúrgicas.
  • Fiestas Religiosas.
  • Patrocinio de San José de Calasanz.
  • Tiempos Litúrgicos fuertes.

REFERENCIAS GENERALES DE APOYO AL PROYECTO.

“.......La educación es un proceso dinámico que dura toda la vida de la persona y de los pueblos. Recoge la memoria del pasado, enseña a vivir hoy y se proyecta hacia el futuro. Por esto, la educación cristiana es indispensable en la Nueva Evangelización”.

“La Educación Cristiana desarrolla y afianza en cada cristiano su vida de fe y hace que verdaderamente en él su vida sea Cristo” (Cfr. Flp. 1,21)

“La educación tiene la misión de permitir a todos sin excepción hacer fructificar todos sus talentos y todas sus capacidades de creación, lo que implica que cada uno pueda responsabilizarse de sí mismo y realizar su proyecto personal”

“Una de las primeras funciones que incumben a la educación consiste, pues, en lograr que la humanidad pueda dirigir cabalmente su propio desarrollo. En efecto, deberá permitir que cada persona se responsabilice de su destino a fin de contribuir al progreso de la sociedad en la que vive, fundando el desarrollo en la participación responsable de las personas y las comunidades.”

“En la familia, pero así mismo, en sentido más amplio, en la fase de la educación básica es donde se fraguan actitudes hacia el aprendizaje que durarán toda la vida: aquí puede surgir la chispa de la creatividad o, por el contrario, apagarse; el acceso al saber puede llegar a ser o no realidad”

“El mundo, frecuentemente, sin sentirlo o expresarlo, tiene sed de ideal y de valores que vamos a llamar morales para no ofender a nadie. ¡Que noble tarea de la educación la de suscitar en cada persona, según sus tradiciones y sus convicciones y con pleno respeto del pluralismo, esta elevación del pensamiento y el espíritu hasta lo universal y a una cierta superación de sí mismo! La supervivencia de la humanidad depende de ello”.

“Hay que formar la conciencia, y esclarecer el juicio moral. Una conciencia bien formada es recta y veraz. Formula sus juicios según la razón, conforme al bien verdadero querido por la sabiduría del creador”.

“La educación de la conciencia es una tarea de toda la vida. Desde los primeros años despierta al niño al conocimiento y la práctica de la ley interior reconocida por la conciencia moral. Una educación prudente enseña la virtud; preserva o sana del miedo, del egoísmo y del orgullo, de los insanos sentimientos de culpabilidad y de los movimientos de complacencia, nacidos de la debilidad y de las faltas humanas. La educación de la conciencia garantiza la libertad y engendra la paz del corazón.”

“Los padres, como responsables de la educación de sus hijos tienen el derecho de elegir para ellos una escuela que corresponda a sus propias convicciones. Este derecho es fundamental.”

“Lo que se llama permisividad de las costumbres se basa en una concepción errónea de la libertad humana; para llegar a su madurez, esta necesita dejarse educar previamente por la ley moral. Conviene pedir a los responsables de la educación que impartan a la juventud una enseñanza respetuosa de la verdad, de las cualidades del corazón y de la dignidad moral y espiritual del hombre.”

“La participación de todos en la promoción del bien común implica, como todo deber ético, una conversión, renovada sin cesar, de los miembros de la sociedad. El fraude y otros subterfugios mediante los cuales algunos escapan a la obligación de la ley y a las prescripciones del deber social deben ser firmemente condenados por incompatibles con las exigencias de la justicia. Es preciso ocuparse del desarrollo de instituciones que mejoran las condiciones de la vida humana”.

“En la formación de la conciencia, la Palabra de Dios es la luz de nuestro caminar; es preciso que la asimilemos en la fe y la oración, y la pongamos en práctica. Es preciso también que examinemos nuestra conciencia atendiendo a la cruz del Señor”

“La educación de la conciencia es indispensable a seres humanos sometidos a influencias negativas y tentados por el pecado a preferir su propio juicio y rechazar las enseñanzas autorizadas”

“La catequesis debe ser columna vertebral de todo el Plan Nacional de Pastoral y de cada una de sus áreas de pastoral”

“La buena educación de los jóvenes es, en verdad, el ministerio más digno, el más noble, el de mayor mérito, el más beneficioso, el más útil, el más necesario, el más natural, el más razonable, el más atractivo y el más glorioso”.

“Si desde su tierna edad son imbuidos diligentemente los niños en la piedad y en las letras, hay que esperar, sin lugar a dudas, un feliz curso de toda su vida”.

“Instruye al joven al empezar su camino, que luego, de viejo, no se apartará de él” (Cfr. Prov. 22, 6).

“El último fin – inmanente - de la educación moral y religiosa en el sistema educativo de Calasanz fue, sin duda, la de hacer a cada uno de los educandos “hábiles para santificarse y engrandecerse en el cielo”, “curando o preservando, o bien como rescatando sus almas” y “haciéndoles conocer y aborrecer la gravedad del pecado y cuán suave cosa sea estar en gracia de Dios”

“La educación intelectual tuvo una parte por lo menos igual a la de la educación moral y religiosa: Calasanz entendía que para dar formación integral al educando, para hacerlo verdaderamente piadoso, cristiano y santo, la educación intelectual es, por lo menos tan indispensable cuanto puede serlo la educación moral.”

“La meta inicial era inculcar en el alma tierna de los niños las primeras nociones elementales de la existencia, de la grandeza de Dios, de su bondad y su autoridad paterna. Al mismo tiempo se procuraba suscitar en ellos el – Santo Temor de Dios -, es decir, una especie de postura de piedad filial, de vigilancia amorosa; que tuviesen temor de ofenderle, de hacer, de algún modo, cosa alguna contraria a su santa voluntad.”

“Convencidísimo como estaba Calasanz de que la edad precisa y llena de energías sanas y frescas de la juventud es la más indicada para hacer de ella integra donación al Señor, hizo y mandó hacer todo lo posible para que los niños conocieran y aprendieran a amar al Verbo Encarnado.”

“Quiso también el Santo que el Señor, presente en la Santísima Eucaristía, fuese por los alumnos –de modo y forma especial-, mediante la oración continua, siempre y en todas partes, suma y cordialmente adorado en espíritu y verdad.”



MARCO CONCEPTUAL.

Acción Pastoral.

Es toda actividad específica que se realiza con el objetivo de evangelizar, como por ejemplo: Proclamación del Kerigma, Catequesis. Formación Integral, Humana y Religiosa, etc.


Acción Social o Intervención Comunitaria.

Se denomina acción social o intervención comunitaria, a las actividades de proyección social que se llevan a cabo por parte de los estudiantes y de la institución educativa con la finalidad de sensibilizar y mover a la solidaridad con los más necesitados.


Autocontrol.

Resultado comportamental consistente en llevar a término una respuesta de baja probabilidad. No se puede identificar con represión o inhibición, y puede ser tanto acelerativo como desacelerativo.


Autorregulación.

Proceso comportamental, de carácter continuo y constante, en el que la persona es la máxima responsable de su conducta. Para que el individuo sea capaz de presentar este comportamiento, es necesario que conozca las variables externas e internas que influyen en él mismo, manipulándolas siempre que sea necesario para conseguir los objetivos deseados.


Calidad Calasancia.

La Calidad Calasancia intenta medir el grado o la medida en que las instituciones educativas y pastorales que están en manos de los religiosos Escolapios poseen el sello y la especificidad histórica del carisma heredado por la Orden de las Escuelas Pías de San José de Calasanz en su moderna concepción.


Colegio Mayor.

Un colegio mayor es una residencia para estudiantes universitarios. En el presente trabajo, cuando se hable del Colegio Mayor se estará refiriendo a la Residencia para estudiantes universitarios fundada por los Padres Escolapios en el año 1951 que luego pasa a los terrenos de la Universidad de Santo Domingo.


Comunidad Educativa Calasancia.

La Comunidad Educativa Calasancia está compuesta por cada uno de los grupos que interactúan para llevar a cabo el proceso educativo en el Colegio Calasanz: Los alumnos y alumnas, Los Educadores, el Personal de Apoyo, los Padres, las Madres y La Comunidad de los Padres Escolapios.


Contextualización.

Al Capítulo I del presente trabajo se le ha denominado contextualización, porque en éste se trata de situar al Colegio Calasanz en su contexto geográfico y organizacional; por demás se incluye en este Capítulo el planteamiento del problema de la presente investigación.


Educación.

Acción y efecto de educar, instruir. Es el proceso que tiende a dirigir al alumno hacia un estado de madurez que lo capacite para enfrentar conscientemente la realidad, y actuar en ella de manera eficiente y responsable, a fin de atender a las necesidades y aspiraciones personales y colectivas.


Educación Cristiana.

Por educación cristiana se entenderá, tal y como lo reafirma el documento de Santo Domingo, las acciones instruccionales que la Iglesia lleva a cabo para desarrollar y afianzar en los cristianos su vida de fe y hacer que verdaderamente en él su vida sea Cristo.


Equipo Pastoral (EP).

Se ha asignado el nombre de Equipo Pastoral (EP), al grupo de personas que coordina, implementa, apoya, evalúa y le da seguimiento al Proyecto Pastoral de la Institución. Este Equipo estará integrado por el Coordinador de Pastoral, los profesores de Formación Humana y Religiosa y un grupo de unos cinco o seis padres, madres o ex-alumnos que estén interesados en colaborar en el trabajo pastoral que se planifica anualmente.


Escala de Valores.

Por Escala de Valores se va a entender la jerarquización o el “orden de preferencia” que se hace de una serie de valores. La persona prefiere o posterga unos determinados valores u otros, pero esas acciones son anteriores o, como mucho, inmediatas a la vivencia del sentimiento que han provocado en ella ciertos bienes. A la ahora de elaborar esta escala o jerarquía de valores la persona es influenciada por la lógica del corazón o los sentimientos, también por la lógica de la razón, pero, esta jerarquía de los valores es también apriorística, consubstancial a la naturaleza de los mismos y aplicable también a los valores que no han sido conocidos.


Escuela Católica.

La Escuela Católica se refiere a todas aquellas instituciones educativas confesionales católicas que están en manos de congregaciones religiosas, parroquias, universidades, Diócesis o que pertenecen a laicos, y que tienen como propósito fundamental el formar a sus alumnos y alumnas de un modo integral en lo intelectual y en los valores cristianos y humanos y la maduración en el compromiso cristiano.


Escultismo.

Actividad de los exploradores adolescentes que forman parte de una organización mundial creada por Baden – Powell, conocido también como Movimiento Scout.


Kerigma:

Anuncio explícito de la Buena Nueva de Nuestro Señor Jesucristo. Núcleo fundamental de la fe cristiana.


Oratorio.

Es un proceso sistemático y progresivo a través del cual se inicia a los niños y niñas en la oración, en la intimidad con Dios y en el conocimiento vivencial de toda la historia de la salvación.


Pastoral.

Se entiende por pastoral todas las actividades y estrategias que utiliza la Iglesia, en cada una de sus instituciones y estructuras, para llevar a cabo su misión fundamental: evangelizar e instaurar el Reino de Dios.


Pastoral Educativa.

La Pastoral Educativa es el medio que permite transformar la escuela en lugar de evangelización de la cultura y de la inculturación del Evangelio. La Pastoral Educativa constituye así, el conjunto de las acciones que configuran la dinámica del proceso evangelizador, procuran el encuentro con, la adhesión a y el seguimiento de Cristo, Palabra y Sacramento, y actualizan la praxis de Jesús en orden a la implantación del Reino de Dios en los diversos ámbitos de la Comunidad Educativa.


Pedagogía Calasancia.

La pedagogía de San José de Calasanz es el estilo y la filosofía educativa que el Santo plasmó en las llamadas Escuelas Pías y se caracteriza por la aplicación tesonera del sistema preventivo, con la insistencia asidua en la frecuencia de los sacramentos de la confesión y comunión, con su interés social (Calasanz educaba para la vida), con su liberalidad netamente cristiana. Calasanz se empeñó por ofrecerle, especialmente a los más pobres, la posibilidad de una educación integral, por eso, el lema que escogió para sus escuelas fue: Piedad y Letras.


En otro orden de ideas, Calasanz sistematizó y organizó por primera vez los grupos escolares, por edad y nivel de instrucción, y la escuela tal como la entendemos hoy, en lugar de la escuela unitaria, propia de su tiempo.


Proyecto Educativo Integral Calasancio.

Se refiere al marco de referencia para la actuación de todos los miembros de la comunidad educativa implicados en la vida institucional (equipo directivo, personal docente, administrativo y de servicios, alumnos y padres de familias) en el que incluyen los principios Calasancios y orientaciones de la pedagogía Escolapia que fundamentan y justifican el quehacer educativo de la institución.


Proyecto Pastoral Educativo

Se entiende por Proyecto Pastoral Educativo, todas las acciones realizadas por una comunidad educativa cristiana con la finalidad de evangelizar, anunciar la salvación y fortalecer en la fe a cada uno de los miembros de dicha comunidad.


Proyecto Pastoral Institucional.

El Proyecto Pastoral Institucional es el documento en que se especifica de manera concisa y clara la filosofía o doctrina que define, caracteriza y diferencia al Colegio Calasanz, como Colegio Católico en lo que respecta a los valores y al proyecto de vida cristiano


Valor.

En el presente trabajo se utiliza el término valor para referirse a una “creencia duradera en que un modo específico de conducta o estado final de existencia es personal o socialmente preferible a un opuesto modo de existencia” . Un sistema de valores vendría, entonces a ser una organización de creencias concernientes a preferibles modos de conducta o estados finales de existencia a lo largo de un espacio temporal de relativa importancia.


Valores Finales.

Llamados también estados finales de existencia, son los valores en sentido terminal o ideal que se refieren a metas valiosas por sí mismas y que en gran parte se identifican con valores morales; tales como una actitud de ayuda y de compartir con los demás. Ejemplo de estos valores: La libertad, la igualdad y la tolerancia.


Valores Instrumentales.

Rokeach, llama así a los valores de carácter más bien psicológicos o estados deseables de conducta para conseguir determinadas metas u objetivos . Un ejemplo de estos valores es una actitud de interés por las operaciones matemáticas o por la lectura.


CRISTO

es un Congreso que aglutina a jóvenes de todo el país e incluso a algunos que vienen del extranjero para celebrar juntos la fe que les une y para formarse por medio de talleres de toda índole que se preparan (Talleres de oración, de evangelización, de títeres, de música religiosa, de vocalización, de canto, etc.) y todo ello se lleva a cabo en las instalaciones del Colegio Calasanz durante tres días en el mes de julio o agosto.


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